Los hijos nunca se encuentran preparados para afrontar la separación de sus padres, aunque hayan presenciado situaciones que pudieran vislumbrarla. Por ello, siempre les provoca una aguda sensación de shock y miedo intenso envuelto, todo ello, en un sentimiento de gran confusión, contingencia que hace necesaria una gran atención y ayuda.
Sin embargo, me encuentro en mi día a día como abogada y como mediadora, que los padres no se hallan en el momento más idóneo para satisfacer las necesidades emocionales y psicológicas de sus hijos, al encontrarse ellos en una situación de crisis, estrés, sobrecargados, centrados en resolver sus propios problemas personales, tanto de tipo psicológico-emocional como social y económico, pese a que su intención máxima manifiesta, sea ser velar por el interés de sus hijos ante todo, mostrando en numerosas ocasiones este interés, echando mano de terceros, ya sean asesores externos, profesionales de la psicología, e incluso el entorno más cercano al menor, como pueden ser sus profesores, pero ignorando las partes que el principal combustible para que el menor no salga dañado de la ruptura, son ellos mismos, con sus propios actos, intenciones y consecuencias.
Así, con bastante frecuencia, nos encontramos que la separación conyugal deja a los menores en una situación de desprotección. Cuando esto ocurre, las consecuencias en los hijos son nefastas, repercutiendo fuertemente en el equilibrio psicoemocional del menor, y subsecuentemente en su desarrollo.
Existe un importante cuerpo de investigaciones sobre los efectos de la separación y divorcio en los niños, el análisis de éste, permite señalar que el divorcio duplica la proporción de problemas de ajuste emocional y conductual en los hijos. En los niños, los efectos suelen aparecer de forma más inmediata y dramática, traduciéndose mayoritariamente en conductas agresivas y disruptivas, por su parte las niñas, en general, tienen un mejor ajuste pero, una vez que alcanzan la adolescencia, afloran los problemas, de lo que se desprende que en ellas el conflicto emocional se encuentra latente y no se muestra hasta pasar unos años, como si tuviese lugar una hibernación del problema, denominándose a este proceso efecto dormido.
Muchos niños asumen la responsabilidad de reconciliar a sus padres y algunas veces se sacrifican a sí mismos en el proceso. Los niños se vuelven vulnerables tanto física como mentalmente, podemos destacar conductas regresivas, antisociales, problemas escolares, etc.
Por ello es muy importante la conducta de los padres ante la separación o ruptura de la convivencia, una familia puede hacer uso de su fortaleza y hacer un refuerzo positivo también en las situaciones de crisis de pareja, ayudando a los pequeños a tratar de manera constructiva el conflicto.
Por ello siempre recomiendo a las familias que acuden a mi para afrontar el procedimiento de separación, LA IMPORTANCIA DE LA COMUNICACIÓN, no ha de ser un tabú con los pequeños, es muy importante, aunque nada fácil, hablar con los pequeños acerca de la separación.
NADIE DIJO QUE FUESE FÁCIL, PERO VALE LA PENA.
Es recomendable que se hable a los pequeños de la separación en compañía de su cónyuge o pareja, es importante que la información sobre la separación de la pareja sea dada al hijo por sus padres y no por terceras personas.
Se ha de buscar siempre un momento a lo largo del día de confort, me explico, hay que encontrar ese momento del día en el que estamos es casa y tenemos la mente puesta en ella, no tenemos prisa por llegar al trabajo, ni a las clases ni es el reloj el que nos oprime, por ello un buen momento puede ser la sobremesa, aquel momento en el que hemos terminado la ducha y estamos relajados.
La conversación debe de ser simple y directa, no andar con rodeos y ante todo no esperar al último momento, dejar muy claro al pequeño que el divorcio no es culpa de él/ella, admitir que ello será penoso y desconcertante para todos, pero se le ha de asegurar que los dos lo quieren y que siempre serán sus padres y estarán ahí siempre.
Los padres no deberán ahorrar esfuerzos para que los niños entiendan su decisión y les hagan ver que es algo necesario.
- Algunas recomendaciones:
- Explica a tu hijo que papá y mamá ya no pueden y no desean vivir juntos y que a partir de ahora vivirán en distintas casas.
- Hable con tus hijos de la realidad de la separación teniendo el cuidado de no culpabilizar a nadie.
- Asegure repetidamente a tus hijos que ambos padres les siguen queriendo igual o más que antes y que él será visitado por el padre o la madre que no tenga su custodia.
- Mantenga constantes al máximo los aspectos habituales de tu hijo: domicilio, entorno, relaciones con los padres, colegio, horarios, etc.
- Explique claramente que el divorcio es definitivo. Que no existe la posibilidad de volver atrás.
- Trate de proteger las opiniones positivas que tu hijo tenga de ambos padres.
- Facilite la relación de tu hijo con el progenitor, siendo flexible en los horarios, etc
Dependiendo de la edad de los pequeños en el momento de la ruptura, se manifestarán signos y conductas por parte de los niños de diversos tipo, tales como la timidez, se comporte como un niño más pequeño que su edad afectiva, requiera mucha más atención y tenga pesadillas nocturnas, pueden sufrir trastornos del sueño, de alimentación y adoptar conductas regresivas.
Entre los 6 a 10 años suelen aparecer sentimientos de rechazo, las fantasías de reconciliación y los problemas de lealtad. Es posible que los niños experimenten rabia, tristeza y nostalgia por el padre que se ha ido.
En los casos en que se han dado conflictos graves en la pareja, algunos hijos pueden vivir una lucha entre sus afectos por los padres y por la madre.
En una etapa de preadolescencia suelen manifestar sentimientos de verguenza por el comportamiento de sus padres, y cólera o rabia hacia uno de ellos, normalmente hacia el progenitor custodio haciéndole culpable de la separación.
Y ya en la adolescencia, pueden aparecer problemas éticos, y provocará, por lo tanto, fuertes conflictos de necesidad, manifestándose generalmente en reacciones o conductas del tipo:
- el adolescente adopta el papel del progenitor ausente.
- podría adoptar una conducta antisocial: no acata ni acepta las normas, desobediencia.
El divorcio es problema de los padres, un amargo trámite que en muchos casos resulta la mejor solución. Sin embargo se debe tener en cuenta que los niños, sobre todo si son pequeños, tienden a responsabilizarse de lo que ocurre con la familia. Esto puede dar lugar a un difuso sentimiento de culpa que en ningún sentido facilita su educación.
Como he expuesto, según avanza en edad, mejora la capacidad del niño para comprender la realidad, a la vez que las habilidades para gestionar situaciones conflictivas.
Hay que saber diferenciar entre la pareja y el papel del padre y/o madre.
En materia de separación existen importantes aspectos para procurar una solución lo menos traumática posible. Atender a sus características e implicaciones es fundamental para los niños y su desarrollo, por ello es muy recomendable recurrir a los SERVICIOS DE MEDIACION que nos facilitarán la toma de decisiones equilibradas en el proceso de separación y nos ayudará a asumir nuestro futuro de forma responsable.
Ante la resolución de un conflicto, la solución que se enmarca dentro de la mediación, es aquella en que las partes toman el mando y la responsabilidad del acuerdo logrado, el papel del mediador será el de conductor del proceso, ofrece a las personas un nuevo conjunto de habilidades para capacitarlas y fortalecerlas a la hora de afrontar mejor los retos del futuro, ayudando a las partes en la gestión del conflicto, mitigando en todo momentos los aspectos negativos del mismo, para finalmente llegar a un acuerdo consensuado, hecho a la medida de la familia, y con la sola voluntad de estos, siendo los responsables de sus decisiones. Siendo ello un acto de responsabilidad que solo y exclusivamente les compete a los progenitores como partes, y es que no debemos de olvidar y hacerles ver que lo mismo que un día decidieron formar una familia y una vida en común y se entregaron en cuerpo y alma a ello, en el momento de la separación más que nunca necesitan poner todo de sí y trabajar decididamente para hacer de la separación un proceso constructivo no destructivo, es así el único modo de no hacer de la ruptura el nacimiento de una familia enferma.
La definición del término salud viene dada haciendo referencia a los tres aspectos importantes del ser humano: físico, psíquico y social, por lo que puede deducirse que el saber manejar nuestras habilidades para resolver conflictos, producirá en nosotros el bienestar completo: ya que mejoraremos la relación con los otros individuos o grupos, con los que nos relacionamos.
María Mercedes Rodríguez Tamayo
Abogada- Mediadora